Confieso que hace tiempo que deseaba escribir sobre este tópico en particular, lo que pasa es que ahora una parte infinitesimal de la energía eléctrica que consume mi computador mientras estoy escribiendo esto, proviene de generadores eólicos; por lo tanto me parece más adecuado haber esperado.
Finalmente nuestra isla cuenta con un parque eólico de cierta envergadura, paso indispensable para terminar de convencer a algunos dudosos irreductibles de la oportunidad que nos brinda el viento y la tecnología.
Digo finalmente, porque el proceso fue más largo de lo necesario, y probablemente puntuado de obstáculos producto de aberraciones gubernamentales y otras retrancas innecesarias.
Hace exactamente 10 años la agencia para la energía de Estados Unidos de América, junto con la USAID y otras agencias gubernamentales y empresas, publicaron el atlas de la energía eólica para la República Dominicana.
Ese documento, extremadamente completo, nos explica en 218 páginas lo que muchos están diciendo ya hace tiempo: nuestro país puede depender casi exclusivamente del viento para producir electricidad.
Los datos son estremecedores. Para resumir, 1500 km2 de nuestra superficie tiene un potencial comprendido entre bueno hasta excelente. Esta superficie representa la posibilidad de tener una capacidad de generación instalada de 10,000 MW y de producir 24,000 millones de kilovatio-hora (kWh) por año.
En esa clasificación, de bueno a excelente potencial, entran 22 provincias diferentes, lo cual da una apreciación sobre la diversidad geográfica de las areas con gran potencial eólico. Con una clasificación ligeramente menor -potential moderado- se encuentran otros 4400 km2 que podrían albergar 30,000 MW de capacidad instalada y producir 60,000 millones de kWh por año. Está de más decir que esas capacidades sobrarían para el país, la isla y hasta las islas vecinas.
¿Dónde nos colocamos nosotros por el momento? Pues con la primera y única granja eólica del país, ubicada en Juancho, provincia Pedernales, con una capacidad instalada de 25 MW en su primera fase. No es mucho pero es más que nuestros vecinos antillanos.
La isla de Cuba cuenta con 7 MW de capacidad instalada, en 3 granjas eólicas ubicadas en Gibara, Isla Turiguano y Los Canarreos. Un poco al sur de Cuba, Jamaica cuenta con una capacidad similar a la nuestra, 20.7 MW, en una sola granja operativa desde el 2004 en Wigton. Actualmente están preparando Wigton II para subir esa capacidad en 18 MW.
Sorprendentemente, Puerto Rico todavía no cuenta con energía eólica, pero si existen planes para iniciar muy pronto una instalación con capacidad de 101 MW en Santa Isabela. Las Antillas Menores también tienen algunas granjas, modestas pero muy oportunas. Curaçao tiene 2 granjas, Tera Cora y Kanoa Beach, las cuales suman 12 MW de capacidad instalada, pero actualmente bajo ampliación para subir a 36 MW. Granada tiene una sola granja de 1 MW; Saint Kitt y Nevis también tiene una sola granja de 2.2 MW, en operación desde el 2010. Ambas están bajo estudio para su ampliación. Guadalupe cuenta con dos granjas eólicas, en Désirade y en Marie Galante y suman 3.1 MW.
Podemos concluir erróneamente que vamos bien, que estamos en la delantera; pero ¿qué pasa si nos comparamos con un país centroamericano de tamaño similar al nuestro? Costa Rica tiene en la actualidad 11 granjas eólicas con una capacidad instalada de 123 MW y está instalando más generadores. Se calcula que tendrán muy pronto 281 MW de capacidad instalada.
El camino por recorrer es todavía largo, pero al final está la independencia energética. Tampoco podemos perder de vista que si nuestro vecino Haití logra mantener cierta estabilidad política y un crecimiento sostenido, será gran demandante de energía eléctrica.
Una vez más, Quisqueya tiene unas perspectivas brillantes. Granjas eólicas, plantas solares y energía hidrólica son ampliamente suficientes para motorizar nuestro futuro, nuestro crecimiento y así tener un balance muy reducido de emisiones de gases con efecto invernadero. También debo mencionar las grandes oportunidades que ofrecen las eólicas domésticas, pero eso será objeto de otro artículo.